viernes, enero 22, 2010

La última noche de Hipatia


La última noche de Hipatia

Eduardo Vaquerizo

ALAMUT

Páginas: 256

ISBN: 978-84-9889-030-3

PVP: 18,95 euros


El estreno de Ágora, la superproducción de Alejandro Amenábar, ha puesto de moda el personaje de Hipatia de Alejandría. En realidad lo ha mostrado al publico en general, pues muy pocos conocían de su existencia o de sus actividades como filósofa y científica del siglo IV de nuestra era. Es indudablemente un personaje muy atractivo, pues se trata de la primera mujer, o al menos de la primera mujer conocida, que tuvo un cargo de responsabilidad como maestra, filósofa y custodio de la Biblioteca. Hija del astrónomo Teón, aprendió de varios maestros y maestras, entre los que estaba su padre, las diversas disciplinas científicas de su época.

La gestación de la novela, en palabras del propio autor, comenzó con el visionado de un capítulo de la serie dirigida por Carl Sagan, Cosmos, en la que se hacía mención a Hipatia y a su relación con la destrucción de la famosa Biblioteca de Alejandría. Hace años presentó para el premio La base de unas cien páginas, que tenía escritas desde hace años Vaquerizo, se ha concretado en esta novela que la editorial Alamut ha publicado a finales de l pasado septiembre.

Como ya hemos comentado, la historia se centra en el personaje de Hipatia y sus vicisitudes en la época convulsa de la decadencia del Imperio Romano y el auge del cristianismo que se convierte en la religión del Imperio. En esta época los fundamentalistas cristianos arrasan con todos los panteones antiguos, y hacen tábula rasa con las ideas que le son ajenas.

Vaquerizo realiza en esta novela un ejercicio de habilidad narrativa que hace que el lector se sitúe en esa época con una doble visión: la de un habitante del siglo IV y la de un contemporáneo. El artificio que permite esta aparente disparidad es el viaje en el tiempo. Efectivamente es un deus ex machina, pero que queda integrado perfectamente en la narración. Estamos ante una novela que usa la ciencia ficción para transportarnos a esa época y permitir que contemplemos los sucesos históricos con la óptica del siglo XXI. En realidad es lo mismo que hacen todos los escritores de novela histórica que no consiguen introducirse en la verdadera historia y todo lo presentan desde una óptica actual. El autor de esta novela se vale de la ciencia ficción para soslayar estas deficiencias, porque situando un contemporáneo en la época a describir, ésta puede ser analizada desde un punto de vista moderno. Pero no sólo tenemos este punto de vista, ya que por medio de otros narradores, la misma Hipatia o Cirilo de Alejandría, asistimos a las diversas opiniones sobre los sucesos de la época. Los protagonistas se mueven en el velado equilibrio del bien y del mal. No todo es de color blanco y las zonas grises de pensamiento existen. Lo que queda bien claro es que Hipatia, y lo que representa, ha de ser destruida para que el nuevo Dios de los judíos, ahora cristianos, pueda hacerse con el poder. Es indudable que el autor se siente atraído por el personaje histórico y lo que representó.

En su palabras “[...] me han interesado siempre las épocas de decadencia. En el fondo, la decadencia de la Biblioteca de Alejandría (de la que Hipatia fue su última administradora), coincide con el fin de una época”.

Esa frase resume lo que es la esencia de la novela, la decadencia del Imperio y la ascensión de un nuevo orden distinto que perdura hasta nuestro días. ¿Mejor, peor? No es misión del autor el dilucidarlo. Tal vez sea nuestra labor como lectores.

Eduardo Vaqurizo ha escrito una gran novela, de ágil lectura, y que puede acercarnos a una gran, y olvidada hasta ahora, figura histórica.

(c) Alfonso Merelo

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